¿Unir fuerzas con el enemigo?

El futuro de la educación en un click



Cuando escuché por primera vez el proyecto me pareció que podría ser una locura ¿Cómo se cambia la escuela desde el medio que se utiliza para acabar con ella? Pensar que la escuela puede transformarse en una experiencia fuera de cuatro paredes parece una locura para la mayoría de los educadores que hemos crecido con la idea de que todo acto de aprendizaje debe estar encuadrado, planeado y realizado en estructuras físicas, tocando y viendo a los ojos al otro, escuchando su respiración y sintiendo su ritmo; todo buen educador está pendiente de las necesidades de aprendizaje de sus estudiantes ¿Cómo hacer eso a distancia?

Bien sabemos que esta llamada “Era del conocimiento” ha metido en apuros a la escuela como institución, independientemente de que se trate de la escuela tradicional, la nueva escuela, el método Montessori o la vanguardia constructivista por competencias, proyectos o desafíos; la cantidad de información que se encuentra a disposición de nuestros estudiantes con un solo click es impresionante y es de tan fácil acceso que provoca grandes confusiones. Nadie puede negar que un chico o chica que se encuentra expuesto a 5 mil imágenes de sexo explícito al que puede acceder por la red está en un peligro verdadero de perder el rumbo, convertirse en un individuo con pocos o nulos valores morales y con poca responsabilidad y conciencia social. ¿Cómo ese mismo medio puede contribuir a que la escuela sobreviva? Para nadie es desconocido el estudio que hace la UNESCO en 1999 y que arroja cifras alarmantes al respecto de las perspectivas de la escuela en el futuro cercano, los tres posibles escenarios que se plantean en ese documento (1.- cambiar radicalmente; 2.- continuar sin ningún cambio y 3.- desaparecer) cada vez se perfilan con mayor claridad y es una verdad innegable que el segundo escenario es impensable a estas alturas, la escuela o se transforma o desaparece y ¿Cómo puede transformarse?


Tal vez para sobrevivir esta anquilosada institución panóptica deberá introducirse en las nuevas tecnologías, navegar sin tapujos y sin miedo por las redes y encontrarse, así, con quienes siempre la han necesitado para formar y forjar su futuro: nuestros niños y jóvenes. Esta perspectiva plantea grandes desafíos para todos los educadores, porque, si bien es cierto que lentamente nos hemos ido introduciendo en estos medios electrónicos de gran alcance comunicacional (no todos y desde luego que con resultados muy dispares) la realidad es que nos está costando mucho trabajo. Pocos docentes son realmente digitales, muy pocos manejan redes sociales para uso educativo, muchos menos conocen las plataformas educativas digitales y existe todavía un alto porcentaje de docentes que se niegan a migrar hacia una realidad que se nos presenta inflexible e infranqueable. A la naturaleza no le gustan los vacíos y la sociedad tiene un comportamiento muy similar al de la naturaleza, no en balde somos seres que hemos construido nuestra civilización observando y reproduciendo los patrones de la naturaleza y cuando ese vacío se abre necesariamente aparecerá alguien para llenarlo. La oportunidad está siendo tomada por los empresarios, por todos aquellos que requieren un ingreso económico y por los que tienen alguna habilidad o conocimiento y creen que convertirse en educador es cosa menor ¿Cuándo entenderemos que estamos siendo desplazados lenta y abrumadoramente en varios frentes? No sólo hablo de las reformas educativas, sino de la única alternativa que nos queda para transformar la escuela y hacerla resurgir de sus cenizas: la red.



La idea de una Plataforma digital de Aprendizaje Colaborativo todavía me parece algo difuso, pero, créanlo, ya es una realidad, aquí la pregunta es ¿Nos subiremos al barco o seguiremos llorando nuestra miseria y pregonando nuestra insatisfacción ante las políticas neoliberales que acotan y constriñen al docente? ¿Arrostraremos el desafío? Muchos compañeros están tomando la opción que se les presente y se están convirtiendo en EXPERTOS que pueden llegar a miles, incluso millones, de estudiantes, ávidos de aprender. Esta plataforma colaborativa es realmente sorprendente porque plantea la posibilidad de generar ingresos para los docentes sin arriesgar un solo centavo, es como fundar nuestra propia escuela, sin tener que responder a exigencias burocráticas ni a pesadas cargas administrativas, sin someternos a desgastantes procesos evaluativos y llegar a quienes están interesados en aprender lo que nosotros podemos enseñarles ¿No es el paraíso de cualquier educador? Pero el paraíso da miedo a muchos pues supone grandes desafíos personales, dejar de observar desde la barrera y empezar a romper nuestros propios límites. Te invito a conocer el proyecto, seguramente te encantará y lo mejor ¡No tienes nada que perder! IberEDUK, el futuro de la educación a sólo un click

Entradas populares